Se me presentó una velada curiosa para mi, acostumbrado a los conciertos de cerveza y cigarrillo en mano. El concierto fue en una especie de auditorio lleno de butacas, estaba todo organizado por algo subvencionado por el ayuntamiento, Jovenmania creo que se llaman los organizadores. Abrieron el espectáculo los Chicktones, una trio rockabilly con muchos refilónes country fronterizo por allí y aires de swing por allá. Algún tema me sorprendió mas que otro, no puedo decir titulos, pero hubo un par aceleradotes que me hicieron mover la rodilla. Muy técnicos y profesionales estos chavales (que por cierto tocaban en casa,) pero para mi gusto fue demasiado lineal, faltaba garra y rabia. Imagino que también el hecho de que el público estuviese sentado en butacas como en el cine no ayudó mucho. El rock & roll no está hecho para escucharlo sentado, es inevitable.
Acto seguido y sin mucho tiempo de espera, lo justo para hechar una cervecita y observar el gentio rocker cántabro, subió la señorita Imelda May y su magistral banda. No soy muy seguidor de esta chica, de hecho a penas habia escuchado algo de ella hasta que me enteré de que podia ir a verla. Y tampoco me he hecho un devoto de su religión ahora. Pero esa hora y pico me cautivó. Imelda May me robó el corazón a punta de navaja. Si es que se pasó toda la velada mirándome con los ojillos entrecerrados, que estas extranjeras van muy sueltas. Que cuerpo, que simpatía, que guapa, que blanco nuclear, que saber estar en el escenario, que VOZARRÓN! Y que pedazo de banda tiene detrás, el bateria estaba aporreando los timbales como un crio, salvaje y disfrutando como tal.
Como ya he dicho, no me he vuelto un devoto de su religión pero ¡Cuanto disfrutaron mis orejicas! Supongo que es otra forma de ir a ver los conciertos, te fijas mas, aprecias mas otras cosas, y se ha de decir que el sonido del auditorio era cojonudo. Ah y todo por la puta patilla!! Menos la cerveza claro.
Para el que no la conozca un pequeño botoncín de lo que hace
Acto seguido y sin mucho tiempo de espera, lo justo para hechar una cervecita y observar el gentio rocker cántabro, subió la señorita Imelda May y su magistral banda. No soy muy seguidor de esta chica, de hecho a penas habia escuchado algo de ella hasta que me enteré de que podia ir a verla. Y tampoco me he hecho un devoto de su religión ahora. Pero esa hora y pico me cautivó. Imelda May me robó el corazón a punta de navaja. Si es que se pasó toda la velada mirándome con los ojillos entrecerrados, que estas extranjeras van muy sueltas. Que cuerpo, que simpatía, que guapa, que blanco nuclear, que saber estar en el escenario, que VOZARRÓN! Y que pedazo de banda tiene detrás, el bateria estaba aporreando los timbales como un crio, salvaje y disfrutando como tal.
Como ya he dicho, no me he vuelto un devoto de su religión pero ¡Cuanto disfrutaron mis orejicas! Supongo que es otra forma de ir a ver los conciertos, te fijas mas, aprecias mas otras cosas, y se ha de decir que el sonido del auditorio era cojonudo. Ah y todo por la puta patilla!! Menos la cerveza claro.
Para el que no la conozca un pequeño botoncín de lo que hace
mmmmmmmmmm ...como ronrronea la misina! que mujer!
ResponderEliminar