¿Son sus vecinos idiotas? ¿Sus hijos están agilipollados? ¿Los profesores se preocupan mas de mirar a sus hijos con ojos lujuriosos que de educarlos? Está usted en Tarragona. Una provincia que reniega una y otra vez a abrir las puertas a la cultura.
Ser músico en Tarragona está perseguido y ser un melómano ya ni te cuento. Alguien le ha echado mal de ojo a la música en esta miserable tierra. Pero por extraños motivos aún hay gente que sigue intentando avivar esa llama que, diría, jamas ha existido. Y la historia se vuelve a repetir. Conciertos vacíos, promotores en deuda, cultura musical en total decadencia.
Cada vez hay menos sitios donde tocar, horarios mas restringidos, ningún tipo de ayuda. Traer a grupos como Peacocks, Bob Log III o los argentinos Motorama (que recientemente pasaron por el Groove Bar de Tarragona) suponen una sentencia de muerte para el rock & roll aquí .l Y hablo de rock & roll en general porque es lo que mejor conozco, pero apostaría mis tres testículos a que el resto de géneros se encuentran en una situación parecida, a excepción del jipifolkismo que esta muy bien acogido y la sobada moda del Hip Hop.
Aún así los promotores no siempre son las víctimas. A pesar de que unos pocos hacen lo que pueden hasta sudar sangre y por amor al arte, la mayoría parece que intenten mantener los conciertos en privado, no existe una buena infraestructura para promocionar los conciertos en la provincia.
Podría resumir este montón de letras en una corta frase:Tarragona da asco.
Para aliviar tensiones os dejo con los alegres Motorama,
Ser músico en Tarragona está perseguido y ser un melómano ya ni te cuento. Alguien le ha echado mal de ojo a la música en esta miserable tierra. Pero por extraños motivos aún hay gente que sigue intentando avivar esa llama que, diría, jamas ha existido. Y la historia se vuelve a repetir. Conciertos vacíos, promotores en deuda, cultura musical en total decadencia.
Cada vez hay menos sitios donde tocar, horarios mas restringidos, ningún tipo de ayuda. Traer a grupos como Peacocks, Bob Log III o los argentinos Motorama (que recientemente pasaron por el Groove Bar de Tarragona) suponen una sentencia de muerte para el rock & roll aquí .l Y hablo de rock & roll en general porque es lo que mejor conozco, pero apostaría mis tres testículos a que el resto de géneros se encuentran en una situación parecida, a excepción del jipifolkismo que esta muy bien acogido y la sobada moda del Hip Hop.
Aún así los promotores no siempre son las víctimas. A pesar de que unos pocos hacen lo que pueden hasta sudar sangre y por amor al arte, la mayoría parece que intenten mantener los conciertos en privado, no existe una buena infraestructura para promocionar los conciertos en la provincia.
Podría resumir este montón de letras en una corta frase:Tarragona da asco.
Para aliviar tensiones os dejo con los alegres Motorama,